TU CUERPO:
¡Cepilla tus dientes! Aunque suene ridículo, la correcta higiene y en consecuencia salud dental se ha asociado con mejores embarazos. Además, durante el embarazo estás más propensa a desarrollar infecciones en las encías.
TU BEBÉ:
¡Tu bebé está del tamaño de un pepino alaska!
Tu bebé está disfrutando saltar y jugar dentro de tu vientre, y es capaz de escuchar tu voz y otros sonidos exteriores. Sus huellas dactilares ya se definieron y los pliegues de sus palmas ya se pueden ver. También está tomando un color más rosado a medida que pequeños vasos sanguíneos llamados capilares se empiezan a formar aumentando el flujo de sangre hacia su piel. Finalmente, aunque tiene los ojos cerrados, sus células para la visión, llamadas conos y bastones, ya se desarrollaron permitiéndoles distinguir luz y oscuridad.
TUS SÍNTOMAS:
Alrededor de un 15% de las mujeres embarazadas sufrimos el Síndrome de las Piernas Inquietas. Especialmente en la noche al acostarnos tenemos un impulso irresistible de mover las piernas, producto de hormigueo, crepitación, picor, punzadas, o una sensación extraña como frio-calor interno o “gusanos-arañas”. Si este es tu caso, debes comunicarlo a tu profesional de salud ya que puede ser producto de deficiencias de nutrientes, falta de sueño, fatiga y podría significar complicaciones.
¡Algunos TIPS que podrían ayudarte!
Previo a una ecografía, si te comes un dulce puedes motivar que tu bebé se mueva mucho más. ¡También puede ayudar a que tu pareja le sea más fácil sentirlo!
¿Has escuchado sobre el síndrome del nido? Esta conducta se da con frecuencia en las mujeres embarazadas y consiste en incrementar el tiempo dedicado al orden y limpieza de la casa, la ropa y preparar cada detalle para la llegada del nuevo miembro familiar. Esta conducta, que aumenta hacia el tercer trimestre, es una forma de afrontar la ansiedad ante la llegada del bebé. ¡Pero asegúrate no sobreexigirte!
Los ejercicios Kegel que entrenan la musculatura de piso pélvico (apretando y relajando) tienen varios beneficios durante el embarazo. ¿Cómo empezar? Encuentra los músculos de piso pélvico: para identificarlos, al momento de orinar deténte a la mitad del proceso, los músculos que estás apretando son lo que buscas. Una vez identificados puedes hacer ejercicios en cualquier posición, pero al comienzo acostada puede ser más fácil. No utilices Kegel para detener la orina frecuentemente, puede traerte problemas. Perfecciona la técnica: para hacer Kegels, imagina que estás sentada sobre una gran piedra y aprieta tus músculos pélvicos como si estuvieses levantando la piedra. Contrae por 3 segundos, luego relaja por otros 3 segundos. Mantén el foco: sé cuidadosa en concentrarte en los músculos del piso pélvico, sin utilizar tu abdomen, muslos o nalgas. Evita congelar la respiración, sino que respira libremente durante el ejercicio. Repite tres veces por día: intenta hacer por lo menos tres series de 10 a 15 repeticiones por día.
Preguntas y respuestas frecuentes
Algunos días mi bebé no para de patear mientras en otros está muy tranquilo. ¿Es normal?
Cada bebé es único, con sus particulares rutinas regulares o que cambian día a día. No obstante, es posible reconocer que en general cuando estás acelerada haciendo muchas cosas, esto actuará como tranquilizante para tu bebé. Luego no notarás patadas en parte por la tranquilidad del bebé y en parte por que tú estas distraída. Tan pronto cuando te detengas y te relajes, tu bebé empezará a activarse (¡rutina que sigue incluso después de nacer!). Por esto es que es más fácil identificar patadas en la cama en la noche o cuando estás descansando. La actividad del bebé también aumenta tras comer por el aumento de azúcar en la sangre o cuando te sientes excitada o nerviosa y estimulas al bebé con adrenalina.
Me duele mucho la zona pélvica. Es como si se estuviera estirando. ¿Es recomendable usar una faja?
Estiramientos de la piel, dolor de los ligamientos redondos, pubalgia, etc. Lamentablemente, este es otro de los síntomas no deseados del embarazo, y que se irá acentuando a medida que tu bebé crece, se hace más pesado y en conse- cuencia genera más presión sobre los huesos de tu pelvis y tu zona púbica. Una faja o cinturón te pueden ayudar con el dolor pero no lo harán desaparecer. ¿Cómo actúan? Permitiendo que el peso de tu vientre se redistribuya, dándole mejor soporte y generando menos presión sobre tu zona púbica.
Sentí que mi vientre se apretó y puso duro el otro día. ¿Qué me pasó?
Ya desde la semana 20 que es posible sentir cómo tu útero puede tener contracciones de Braxton Hicks. Estas sirven como preparación para el trabajo de parto que se acerca cada vez más. Se notarán más a medida que avance tu embarazo. Tienen el rol de bombear flujo sanguíneo a la placenta, tonifi- car los músculos del útero y suavizar el cérvix (cuello uterino). Estas contracciones de práctica se sienten con mayor intensidad cuando no es un embarazo primerizo. Suelen durar no más de 30 segundos, aunque podrían llegar a 2 minutos.
